Podcast.

Los otros revolucionarios

T4E155.

 Entre los días 25 y 26 de mayo, tuvo lugar la primera Jornada Mundial de los Niños. Siguiendo la estela de otras convocatorias eclesiales de carácter global, como la JMJ, el papa Francisco trata de revitalizar la acción evangelizadora orientada a la infancia. El mundo de hoy sangra como consecuencia de muchos males: la guerra, la trata, la pobreza económica, etcétera. Ello afecta a las primeras etapas de la vida de un modo decisivo. Esta Jornada Mundial de los Niños es otra oportunidad más para poner de relieve todas estas situaciones injustas, tanto para visibilizarlas desde el punto de vista mediático como para que los más pequeños puedan aportar su punto de vista, siempre fresco y al estilo de Jesús.

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Portada del episodio t4e155 del pódcast de la revista VN.

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Sobre este episodio

 El episodio 155 del pódcast de la revista Vida Nueva dura , se titula Los otros revolucionarios y trata sobre la primera Jornada Mundial del Niño celebrada entre los días 25 y 26 de mayo de 2024, siguiendo la estela de otras convocatorias pontificias mundiales como la JMJ.

¿Dificultades para escucharlo?

 No te quedes sin acceder a su contenido. Aquí tienes la transcripción del episodio 155.

 Los episodios del podcast son largos, así que también lo son sus transcripciones. Este texto te llevará varios minutos de lectura; tal vez quieras dejarte cerca un vaso de agua por si lo necesitas antes de llegar al final.

 El 25 y 26 de mayo, tal como Francisco anunció después del Ángelus del 8 de diciembre, se celebró un encuentro de niños y niñas con el papa. Se estrenó la primera Jornada Mundial de los Niños.

 Pensándolo detenidamente, tal vez habría sido más apropiado traducirlo como Jornada Mundial de la Infancia por utilizar palabras globalmente más representativas. Sin embargo, esto es, a su vez, susceptible de entrar en conflicto con la Jornada Mundial de la Infancia Misionera y podría dar lugar a equívocos.

 El primer día, el 25, Francisco se encontró con niños, niñas y sus familias en el Estadio Olímpico de Roma. Aunque la previsión era ocupar las ochenta mil plazas, había varios miles de asientos vacíos y el número final estuvo más bien en torno a las cincuenta mil personas.

 Con sus más y sus menos, lo cierto es que el papa Francisco tuvo la oportunidad de encontrarse cara a cara con niños y niñas de varias nacionalidades que expusieron una visión general sobre la vida infantil en sus respectivas regiones. Por ejemplo, un niño de nombre Vincenzo dijo lo siguiente en representación de los niños y niñas de Europa:

Hola, papa Francisco. Un gran saludo de parte de todos los niños de Europa que quieren la paz inmediata.

 Después de él, otras intervenciones ampliaron la mirada hacia el resto de continentes del mundo: África, Asia, etcétera... Si echamos un vistazo más sosegado, caemos en la cuenta de que falta un continente. Hay una tierra que no tuvo representación alguna: la Antártida.

 Sabemos que en la Antártida no viven familias con hijos. Sin embargo, precisamente por ello, podría haber servido como metáfora de los ausentes, de quienes no tuvieron la oportunidad de asistir a la Jornada Mundial del Niño. Durante gran parte de esos dos días, se habló de las situaciones desfavorables que afectan a la infancia (haciendo un especial hincapié en la guerra). Ya antes de que el papa accediera al Estadio Olímpico, Víctor, un niño católico de Palestina, preguntaba cuál era la culpa que tenían los niños nacidos en Belén, Jerusalén o Gaza para no poder estudiar o vivir libres como tantos otros niños en el mundo.

 Es en su pregunta donde se apoya el razonamiento sobre la Antártida. La guerra priva a los niños y sus familias de la libertad de elegir una vida distinta. A partir de ahí, podemos saltar a tantas otras situaciones que también oprimen la capacidad de vivir: la pobreza económica, el deterioro medioambiental, etcétera.

 Si seguimos profundizando, ¿con qué nos encontramos? ¿Qué fracción de la infancia mundial no estuvo representada en la Jornada Mundial de los Niños? Los hijos e hijas de las madres encarceladas.

 La situación de estos menores varía mucho entre países. En España, por ejemplo, hay centros penitenciarios donde los hijos viven con sus madres. Sin embargo, en otros países la cosa es distinta y puede que ni siquiera se tenga en cuenta el bienestar de esos menores a la hora de dictar sentencia para la madre.

 En caso de que sientas interés por este tema, hay un libro titulado “Mothering from the Inside”, editado por Sandra Enos. El capítulo 4 lleva por título “¿Qué pasa conmigo?” y aborda el impacto que tiene sobre los hijos e hijas la relación con procesos penales y judiciales de las madres. En el Estadio Olímpico de Roma hubo muchas voces infantiles, ya fuere para presentar una situación como la de Palestina, para hablar de la guerra en otros lugares o para decir lo alegre que se estaba. En cualquiera de los casos, la infancia tuvo una voz que fue escuchada.

 Este texto del que hablamos va precisamente en la otra dirección, la de los niños y niñas que no son escuchados y se transforman en víctimas invisibles del sistema judicial y penitenciario. Desde hijas que dejan los estudios para cuidar de sus hermanos hasta niños a quienes impiden ver a sus madres. Se recoge, por ejemplo, el testimonio de Katelyn1, de 15 años, que decía lo siguiente:

Quiero que se me permita estar enfadada con mi madre y echarla de menos al mismo tiempo. Si digo que no quiero verla, eso no significa para siempre. Necesito tener la posibilidad de cambiar de opinión.

 Por su parte, Bárbara Myers y sus colegas, de una universidad de Virginia, en Estados Unidos, decían en 19992 que los hijos cuyas madres se encontraban presas eran uno de los grupos de mayor riesgo en nuestras sociedades.

 Quizás, desde esta perspectiva, ya no parezca tan extraño que la Antártida pudiera hacerse presente en futuras Jornadas Mundiales del Niño como un núcleo de agregación para la infancia cuya voz no puede ser escuchada: los niños no nacidos, los fallecidos antes de tiempo, quienes viven entre los muros de una prisión o su familia se ha roto a causa de la cárcel, las víctimas de la trata y tantas otras situaciones que se suman a aquellas otras más conocidas y de las que se suele hablar más a menudo.

Otro apunte sobre los hijos e hijas de madres que se han visto involucradas en algún proceso judicial y han acabado encarceladas. El libro “Mothering from the Inside” cuenta lo siguiente:

El modo en que los medios de comunicación tratan a las mujeres que pasan por el sistema de justicia penal puede ser particularmente duro y el lenguaje utilizado para referirse a ellas puede ser bastante perturbador para sus hijos. Algunos niños de nuestra investigación experimentaron que los casos de sus madres fueron muy populares en medios de comunicación, lo que les generó un estrés considerable y condujo al acoso escolar y al aislamiento social. Los niños y sus cuidadores encontraron particularmente angustiante y aterrador que sus historias fueran publicadas en los periódicos con nombres y direcciones ... Katelyn dijo que fue una pesadilla ver aquello en el periódico ... “Todo el mundo sabía ya quienes éramos”.

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 Regresando ahora a la Jornada Mundial de los Niños, el papa Francisco pronunció un mensaje muy corto. En un momento dado, habló de este modo:

Les hago una pregunta. Escuchen bien. ¿Saben cuál es el lema de esta Jornada Mundial de los Niños? ¿Saben cuál es el lema? El lema es una frase tomada de la Biblia: “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo escucharon? [los niños responden]: ¡Sí!. “Yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Lo decimos juntos? [todos juntos]: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Otra vez: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Este es el lema. Es bellísimo. Piensen. Dios quiere esto: todo lo que no es nuevo pasa. Dios es novedad. Siempre el Señor nos da la novedad …Queridos niños, sigamos adelante y tengamos alegría. La alegría es salud para el alma.

 Después del discurso, algunas niñas y niños se acercaron e hicieron preguntas concretas a pocos pasos de donde estaba sentado el pontífice. Por ejemplo, una niña de Pakistán, preguntó si de verdad todo el mundo es hermano y hermana. Francisco respondía así:

Una pregunta muy profunda. Ella pregunta: ¿Es verdad que todos somos hermanos y hermanas? ¿Es eso verdad o no lo es? Es verdad. ¿Somos amigos? [SII] ¿Somos enemigos? [NOO].

 Tras las preguntas vino un partido de fútbol y la interpretación de varios artistas haciendo playback de sus propias canciones de su propio repertorio. Terminado el acto, se marchó a Santa Marta. Al día siguiente, ocurrió esto:

No sé qué hacer para mostrarle todo mi amor y mi afecto. Iría a abrazarle. Nada más llegar, me han venido a hablar dos guardias suizos y me han dicho: Señor Benigni, puede hacer usted cualquier cosa, excepto una. No puede tocar al papa. En cuanto me lo han dicho, es lo primero que me han entrado ganas de hacer ... ¡Un beso! ¿Un beso, le podré dar, no? ¿Me permite darle un beso de parte de todos? ¡Un beso que vale como cien mil!.

 Roberto Benigni, el director de películas como La vida es bella o El tigre y la nieve, amenizó durante media hora el tiempo posterior a la celebración de la misa del 26 de mayo. Ese día, la asistencia fue mucho mayor que en el estadio, unas cien mil personas.

 Roberto Benigni compartió que cuando era pequeño quería ser papa pero que como a la gente le hacía gracia que lo dijera se hizo cómico. Y, entre broma y broma, se deslizaba algún otro mensaje susceptible de ser reflexionado, como por ejemplo este:

Estamos en la Ciudad del Vaticano. El país más pequeño del mundo, donde está el hombre más grande del mundo ... Todo es posible aquí donde estamos, en la Ciudad del Vaticano, que es la ciudad del Señor y del Reino de Dios. En el Reino de Dios todo es posible, incluso que cualquiera de vosotros se haga papa ... Tal vez Africano. El primer papa africano de la historia. O asiático. ¿Quién sabe? ... ¡O una niña! Una mujer. El primer papa mujer de la historia que hablará desde la Luna. ¡Sería extraordinario!.

 En líneas generales, esta primera Jornada Mundial de los Niños ofreció muchas posibilidades de encuentro y dejó algunos huecos para que pudieran ser mejorados en la siguiente convocatoria. Sea como fuere, la próxima cita será en septiembre de 2026.

Siguiendo el hilo del número 3367 de Vida Nueva, esta semana viene un artículo del periodista Álvaro de Juana donde plantea el anuncio de Jesús a la generación de la pantalla.

 Se comenta, por ejemplo, el reto que supone la catequesis frente a una juventud e infancia habituadas a una larga exposición a las pantallas. El seguimiento de Jesús implica, antes o después, el contacto con la persona de enfrente, con el prójimo. En el plano digital, esto se ve impedido o es falseado; o bien nos relacionamos con robots o con identidades que ocultan a la verdadera persona que hay detrás.

Cuando el texto especifica alguna dificultad concreta, trae a colación unas declaraciones de Francisco Romero, director de la Comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal Española:

Nos encontramos normalmente con que el centro de interés del niño o de su familia es hacer la primera Comunión o la Confirmación en el caso de los adolescentes. Pero la intención del catequista, de la parroquia, es iniciarlos en la fe, hacerlos cristianos ... El centro de interés es diferente y va a marcar lo que quiere uno y lo que quiere otro ... Lo importante es que el catequista pueda ayudar al niño a que revierta su situación y busque la autenticidad de lo que debe hacer.

 En esta preocupación eclesial sobre cómo afrontar la tarea catequética en los tiempos actuales, quizás no venga mal recordar algo que decían el zoólogo Andrew Balmford y sus colegas allá por el año 20023. En su momento, hicieron un estudio entre la población infantil y juvenil para detectar cuál era su grado de conocimiento de la biodiversidad: árboles, plantas con flor, vertebrados, invertebrados, etcétera... Sus resultados fueron sorprendenets. Hacia la edad de ocho años, el conocimiento que los jóvenes poseían sobre los seres vivos del planeta era significativamente menor que lo que sabían sobre Pokémon. Reconocían poco más de la mitad de especies reales y cerca del 80% de Pokémon.

 Es relevante mencionarlo porque de esto hace ya 22 años y, desde entonces, la digitalización de los espacios jóvenes se ha incrementado de una manera descontrolada. El mundo entero de muchas personas gira alrededor de la actividad en las pantallas. Aquellas generaciones que identificaban mejor a los Pokémon que a las plantas y los animales han crecido. Ahora son adultos que dirigen empresas y ofrecen productos a quienes han venido detrás o bien quienes crean el contenido digital que consume la juventud y la infancia (en Twitch, Instagram, TikTok, Youtube, etcétera...).

 Para saber cómo conectar con niños y niñas en esta era de la sobreexposición, hay que tener en cuenta que todos los proyectos y programas para la catequesis o la evangelización de la juventud están desarrollados por personas adultas con sus propios intereses, metas y, sobre todo, pasado personal. Esto último resulta crucial si tenemos en cuenta que las generaciones actuales proceden de contextos sociales, económicos y digitales distintos de las anteriores. Es necesario cerrar la brecha comunicacional que se produce como consecuencia de la distancia digital intergeneracional.

 Relacionado con todo lo anterior, hay suficiente evidencia científica como para poder afirmar sin miedo que la calidad de una interacción está directamente relacionada con el conocimiento previo que se tenga de esta. Además, eso también vale para todos los ámbitos de la vida humana.

 Por ejemplo, pretender impartir un taller sobre animales y plantas sin tener en cuenta qué relación tienen los oyentes con la naturaleza, aboca a ese encuentro al fracaso de la comunicación; cualquier éxito será fortuito y puntual.

 Como aporte positivo, vamos ahora a dar algunas ideas que pueden resultar interesantes a la hora de abordar la evangelización del mundo infantil y juvenil contemporáneo.

 En primer lugar, elaborar un mensaje específico. ¿Cuántas veces hemos repetido que Jesús nos llama por nuestro nombre, que nos conoce, y, al mismo tiempo, hemos tratado de evangelizar igual a un grupo de la tercera edad que a unos adolescentes? Tratar a la juventud o la infancia como a un monolito homogéneo es, desde cierto punto de vista, otro de los grandes fallos de la Iglesia.

El contexto importa. El bagaje de cada persona cuenta. ¿Tiene la parroquia un grupo de amantes de la naturaleza donde poder ofrecer un seguimiento de Jesús a partir del cuidado a la Creación? ¿O lo mismo pero desde el voluntariado en refugios para animales?

 Si quienes idean las propuestas lo hacen solo desde sus propias inquietudes, entonces el riesgo a fallar en la comunicación es muy grande. Y sin comunicación, no hay vínculo.

 Otra idea tiene que ver con el espacio donde se realiza la propuesta. ¿Cuándo fue la última vez que pasaste a conocer el contenido que consume la juventud o la infancia? ¿Has analizado cuál es su estética? La iluminación, la composición en pantalla, etcétera... Todo eso cuenta.

 Imaginemos ahora que tenemos una propuesta fantástica para los niños y jóvenes. A la hora de presentarla, se nos olvida cuidar el aspecto estético del lugar donde vamos a estar. Para una generación en la que predomina el peso de lo visual, ¿cuál será la emoción que vincularán con el proyecto?

 Por supuesto, no se trata de dejarse arrastrar por la fiebre de lo artificial y lo falso, sino más bien de no pretender imponer que estas generaciones ignoren de buenas a primeras aquello que les es tan natural como respirar. Algunos aspectos a tener en cuenta: el salón parroquial, común para cualquier edad, con la iluminación de 1970; unos cuadros que no les dicen nada; unas pocas sillas repartidas de cualquier manera.

 En definitiva, se trata de ofrecer un espacio cómodo para la persona concreta a quien se está tratando de ofrecer el mensaje.

 Decía Roberto Benigni que entre los jóvenes que había en la Plaza de San Pedro podría estar el próximo papa (el primer papa africano, asiático o la primera mujer papa). Sin embargo, podemos ampliar esa idea y pensar que, precisamente porque hay gente que falta, la Iglesia todavía no ha conocido a ese papa del futuro; puede que se encuentre en la orilla del camino o incluso que, a día de hoy, ni siquiera haya conocido a Jesús porque su contexto familiar está alejado de las creencias religiosas.

 Hasta puede que, con las debidas adaptaciones y preparación, en la próxima jornada del 2026 sí esté presente ese futuro adulto que ocupará la Sede Apostólica. Pero, para ello, quizás haya que incluir la representación de la Antártida como grupo de los ausentes. Gracie, una mujer encarcelada con cuatro hijos, testimoniaba así en aquel libro sobre madres en prisión:

Una madre representa los cimientos de la familia, y los niños no pueden sobrevivir sin ellos. Los efectos de mi encarcelamiento permanecerán en mis hijos mucho después de que yo haya sido liberada.

 El contexto es importante. Siempre el contexto.

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citas:

1Lockwood, K. (2020), Mothering from the Inside: Research on motherhood and imprisonment. Emerald Publishing Ltd.

2Myers, B.J., Smarsh, T.M., Amlund-Hagen, K. et al. (1999), Children of Incarcerated Mothers. Journal of Child and Family Studies 8, 11–25.

3Balmford, A. et al. (2002), Why Conservationists Should Heed Pokémon. Science 295, 2367-2367.

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Más episodios

 Si quieres escuchar otros episodios de la temporada 4 de este pódcast, puedes pinchar en este enlace. No encontrarás carnaza, burla fácil ni elementos que fuercen la división y el enfrentamiento. En su lugar, tienes a tu disposición un espacio sosegado de razonamiento accesible a personas de diferentes niveles culturales y sociales. De otro modo, ¿cómo sería posible el diálogo?