Podcast.

Las apariciones de lo cotidiano

T4E154.

 Hace pocos días, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó una nueva norma para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales. Esta cuestión llevaba sin actualizarse desde 1978. Desde entonces, los lugares de peregrinación se han multiplicado, por lo que era necesaria una revisión para que los obispos locales pudieran discernir cómo proceder en cada caso, según las circunstancias actuales. El documento del Dicasterio aborda el acercamiento a estos fenómenos desde seis ópticas distintas que van desde el Nihil obstat, nada que objetar, hasta la declaración de fenómeno no sobrenatural. Con independencia de lo que decida cada obispo sobre aquello que suceda en su marco de acción, ningún fiel está obligado a creer en estos fenómenos.

lista de episodios

Portada del episodio t4e154 del pódcast de la revista VN.

Escúchalo ahora en tu plataforma preferida:

           

Sobre este episodio

 El episodio 154 del pódcast de la revista Vida Nueva dura , se titula Las apariciones de lo cotidiano y trata sobre el documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que especifica la norma para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales y establece unos criterios básicos para que cada obispo realice el discernimiento y las declaraciones oportunas.

¿Dificultades para escucharlo?

 No te quedes sin acceder a su contenido. Aquí tienes la transcripción del episodio 154.

 Los episodios del podcast son largos, así que también lo son sus transcripciones. Este texto te llevará varios minutos de lectura; tal vez quieras dejarte cerca un vaso de agua por si lo necesitas antes de llegar al final.

 El 25 de febrero de 1978, la entonces Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un texto sobre las normas que regían el procedimiento para juzgar presuntas apariciones y revelaciones, aprobado por el papa Pablo VI el día anterior.

 Estas normas apenas tuvieron difusión pública. Eran poco conocidas que quince años después, en 1993, la Sociedad Mariológica de América se propuso el reto de contribuir a su clarificación1. En ese contexto, el dominico Frederick M. Jelly OP compartía su experiencia durante la investigación de unos supuestos mensajes que habían estado recibiendo dos mujeres y un hombre durante el rezo del rosario en una parroquia de Texas, Estados Unidos. Frederick M. Jelly decía que, durante la investigación, él y sus colegas descubrieron que algunos mensajes eran contrarios a la inspiración divina; llegaron a la conclusión de que no tenían un origen milagroso, sino que eran interpretaciones propias de esas personas.

 Casos así se han ido multiplicando con el paso del tiempo. Y, en los últimos años, pareciera que se ha producido una verdadera explosión de apariciones y milagros por todas partes. Das una patada a una piedra en medio del monte y capaz que aparece alguien diciendo que ve la cara de Jesús en su sombra. Con la facilidad de uso de internet y el altavoz que suponen las redes sociales, en cinco días tienes allí a un buen grupo de gente pidiendo favores; poco más tarde, el iluminado de turno erige el Santuario de la Piedra en el Suelo e instala algunas tiendas de recuerdos a su alrededor.

 Aun cuando esto pueda parecer una bobada, el desarrollo tecnológico ha contribuido mucho a la difusión de supuestas apariciones y milagros. El antropólogo Paolo Apolito2, en su libro “Internet y la Virgen”, dice que Internet ha tenido un gran impacto en la estructura de los movimientos marianos porque ha proporcionado una estructura capaz de compartir el mensaje de los videntes y hablar sobre sus experiencias. Eso, a su vez, ha permitido forjar relaciones y establecer contactos que en el pasado hubieran sido impensables. La disponibilidad de internet ha hecho posible un repunte en las apariciones en todo el mundo y su difusión global. Dice Apolito que el mayor número de informes no ha venido de regiones con el mayor número de católicos sino de áreas donde más católicos podían acceder a internet.

 Para poner un poco de orden en ese panorama mundial y, de paso, actualizar las normas de 1978, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe publicó el pasado 17 de mayo un texto con las normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales.

 Lo mismo que en otros documentos recientes, este también trae una presentación bastante amplia donde se justifica la propia redacción del texto. A continuación desarrolla el grueso de las explicaciones y definiciones y, por último, enumera una serie de artículos en un lenguaje más formal. La primera frase del documento es la siguiente: Dios está presente y actúa en nuestra historia. El cardenal prefecto Víctor Manuel Fernández explicaba en rueda de prensa la elección de esa oración.

No se debe confundir ni creer que, renunciando a la declaración de sobrenaturalidad, negamos la Providencia y la acción de Dios en la historia. Es por ello que la primera frase es esta.

Mujer contemplando un mural sobre apariciones

 La explicación del cardenal Fernández es clarificadora y permite suavizar los ánimos de quienes sienten que se trata de cuestionar aquellos aspectos particulares de su devoción. Estamos hablando de un tema que inflama las pasiones del Pueblo de Dios hasta el punto de que se corre el riesgo de cerrar los sentidos y el pensamiento crítico, actuando solo a nivel emocional. Por poner un ejemplo, podemos inventarnos a alguien llamada Menganita Gutiérrez. Imaginemos que acude con frecuencia al imaginario Santuario de la Piedra que mencionábamos antes. Si le preguntáramos a esta hipotética mujer si no le parece extraño que los mensajes divinos vengan cada día a las tres y dos minutos de la tarde, justo después de que el vidente haya dormido la siesta, es posible que Menganita Gutiérrez nos acusara de ir en contra de la voluntad de Dios. En situaciones como las de ese supuesto, cobra relevancia otra cosa que decía Víctor Manuel Fernández.

Sin embargo, cuando se hace una afirmación sobre el origen divino de un fenómeno, cuando un obispo hace esta declaración “no se puede dudar del origen divino de este fenómeno”, ¿qué sucede? Las personas más entusiastas se sienten justificadas para acusar al resto de ser increyentes. Alguno puede sentirse incluso culpable porque no cree en este fenómeno.

 El cardenal indicaba lo prudente que debe ser el obispo de una zona a la hora de hacer declaraciones públicas sobre cualquier fenómeno que caiga dentro del territorio que tiene a su cuidado. Fernández ponía como ejemplo la situación relacionada con la Señora de Todos los Pueblos que supuestamente apareció en Amsterdam a finales de la década de 1950. El obispo de aquel entonces dijo que no constaba la sobrenaturalidad de las apariciones. Otro obispo posterior, por su parte, autorizó el culto. Un tercer obispo más entusiasta todavía lo declaró sobrenatural. Y, más tarde todavía, un cuarto obispo dijo que no tenía un origen sobrenatural.

Templo cristiano en Amsterdam

 Para evitar situaciones de confusión como la anterior, el DDF insiste en el carácter prudencial de las palabras episcopales, de la posible declaración que haga el obispo.

Pasa que algunos obispos se sienten muy apasionados con algún fenómeno y quieren declarar que es sobrenatural, que viene de Dios, que todo el mundo debe creerlo. Otros, en cambio, se cierran en banda y quieren declarar que no viene absolutamente de Dios. Esta declaración de la sobrenaturalidad es compleja. Viene acompañada de muchos problemas. Algunos obispos han concluido con la publicación de un decreto que dice “debe considerarse sin duda, verdadero”, o también “no quede ninguna duda al respecto”, o “los fieles están obligados a creer esto”. Tantas veces los decretos de los obispos han hablado así. El problema es que, al mismo tiempo y siempre con más claridad, la Iglesia ha afirmado que los fieles no están jamás obligados a creer en estos fenómenos. La revelación ya se ha producido, la Palabra de Dios contiene todo lo necesario para la vida cristiana.

 Esto último parece algo muy a tener en cuenta, el hecho de que el Pueblo de Dios no tiene la obligación de creer en estos fenómenos. En cualquier caso, con independencia de la adhesión que reciban, dichos fenómenos podrán clasificarse de ahora en adelante en seis categorías distintas.

 ⊣Nihil obstat. Nada que objetar. No se afirma el carácter sobrenatural pero sí se reconocen muchos signos de una acción del Espíritu Santo.

 ⊣Prae oculis habeatur. Aquí habría gran cantidad de signos positivos pero también algunos aspectos a los que prestar especial atención. Lo explicaba el cardenal Fernández:

No significa que sea algo contrario al Dogma, al Evangelio. Por ejemplo. Se ha extendido la tendencia a decir “la única cosa importante es esta”. La Virgen dice tantas cosas bellas, o el Sagrado Corazón, pero en un momento dice “la única cosa importante es esta” o, algo muy frecuente, “el Evangelio se resume en esto” o “lo que Dios quiere es esto”.

 El Dicasterio para la Doctrina de la Fe señala que ninguno de esos pretendidos resúmenes puede dejar afuera algunas claves fundamentales del Evangelio, como el amor al prójimo.

 ⊣Curatur. El fenómeno ya se ha difundido pero hay varios elementos problemáticos.

 ⊣Sub mandato. Los problemas no son del fenómeno en sí mismo, sino que están asociados a una persona, familia o grupo de gente que hace un uso inapropiado y comete actos inmorales.

 ⊣Prohibetur et obstruatur. Prohibir y obstruir. Hay aspectos positivos, pero también riesgos graves que pueden generar escándalo o minar la fe de los sencillos.

 ⊣Declaratio de non supernaturalitate. Por último, sí se puede emitir la declaración de que un fenómeno es no sobrenatural. El obispo está autorizado por el Dicasterio para hacerlo.

 Esto último proporciona un matiz muy interesante al conjunto. No existe la declaración pública de fenómeno sobrenatural pero sí que se puede decir explícitamente que algún suceso no lo es. Podría generar confusión, porque parecería que la Iglesia trata de obstaculizar la piedad popular. Sin embargo, la posibilidad de desacreditar la supuesta sobrenaturalidad de un fenómeno viene muy al hilo estas palabras que Stefano Cecchin dice a Vida Nueva. Es el presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional y hablaba así a la revista:

 ¿Te gusta lo que lees?

 Es el momento perfecto para un breve descanso. ¿Qué tal si te tomas un momento para reponer energías? Mientras tanto, ¿qué te parece si me apoyas invitándome a un café? En solo unos segundos, puedes marcar una gran diferencia y contribuir al contenido que tanto te gusta. Toca el corazón de la taza.

Icono de Kofi, una página para apoyar a creadores de contenido.

El padre Gabriele Amorth, famoso exorcista y miembro de esta academia, me dijo un día: “Atención, porque en este último período el Diablo está usando la figura de María para atacar a la Iglesia“. Aquí debemos estar muy atentos a si es la Virgen quien habla o si estamos siendo engañados por otros.

 A partir de la advertencia de Gabriele Amorth, es lícito preguntarse si también se incluye el riesgo de exagerar el culto a María hasta adorarla como a una diosa. En ciertos contextos marianos no se oye hablar de Jesús más que como un elemento accesorio; y lo mismo sucede en algunos templos católicos, donde la cruz ni siquiera es el elemento central.

 La religiosa Mary Christine Athans3, de la congregación de las Hermanas de la Caridad de la Bienaventurada Virgen María (BVM), daba clase en la Universidad de San Francisco y en una escuela de teología de California (Claremont School of Theology). Ella decía lo siguiente:

¿Cómo se transforma una mujer judía sencilla, tal como se la presenta en las Escrituras, en un icono que representa la Theotokos de la era patrística? María es representada como una emperatriz, ataviada con finas vestiduras, sosteniendo al hombre-Dios, un niño-rey en su regazo. A medida que se aceptaban los credos, la imagen de Cristo como Pantocrator se transformó en Jesús como un gobernante majestuoso y un juez severo. El cambio radical en la representación de Jesús y de María fue claramente influenciada por la adaptación del cristianismo a la filosofía y cultura griegas, a las imágenes de diosas y a la intervención imperial una vez que el cristianismo se convirtió en la religión del Imperio Romano. Dado que los grandes concilios habían enfatizado la divinización de Jesús, su humanidad pareció retroceder. En ese contexto, María emergió más y más como la mediadora acogedora a quien la gente sencilla podría acercarse con sus necesidades cotidianas, como las preocupaciones por una cosecha abundante y ayuda en el nacimiento de los hijos.

Estatua de María con una corona en la cabeza

 Mary Christine Athans sostenía que al haber dejado un poco de lado la humanidad de Jesús, esto podría haber provocado que la gente acudiese a María con más asiduidad; un fenómeno que, cuando no se regula, comienza a pervertirse como consecuencia de las pulsiones interiores de cada individuo particular. El texto de Doctrina de la Fe va también en ese sentido de mitigar las deformaciones. Para ilustrar esto, el cardenal Victor Manuel Fernández compartía algunas anécdotas personales de juventud con la intención de enfatizar lo frecuentes que son las desviaciones de la devoción en la vida cotidiana.

Durante el tiempo que yo era párroco, una mujer grande decía haber recibido unas revelaciones sobre el hecho de que el Mesías quería regresar a la Tierra; poco después, Dios le había revelado que ella misma debía ser la madre del Mesías; algunos días después, Dios le había revelado que el padre del mesías debía ser yo.

 Al integrar ambas situaciones (estas desviaciones ante los supuestos fenómenos de apariciones y revelaciones) y la cuestión que planteaba la profesora Mary Christine Athans (cómo una humilde judía había terminado como Reina del Cielo), el pensamiento se nos podría detener en una emperatriz bizantina llamada Pulqueria, declarada como santa tanto en la Iglesia Católica como en la Ortodoxa.

Pulqueria gobernó el Imperio Bizantino como regente. Dado que su hermano, el emperador Teodosio II era todavía un niño, se propuso que ningún hombre pudiera usurparle el trono a este valiéndose de ella, es decir desposándola; en aquella época, si una mujer con poder político o económico se casaba, tenía que ceder ese poder al marido. Por tanto, entre el 412 o el 413 decidió ofrecer su virginidad a Dios y procuró que sus hermanas hicieran lo mismo. El historiador Sozomeno, del siglo V, dijo lo siguiente sobre Pulqueria4:

Primero ofreció su virginidad a Dios e instruyó a sus hermanas para el mismo estilo de vida. Para evitar toda causa de celos e intriga, no permitió que ningún hombre entrara al palacio [a través del matrimonio].

 En este punto nos encontramos con un dato clave. Convirtió esa acción en un acontecimiento público, con sacerdotes y muchos testigos. Aquella virginidad de la emperatriz se puso de manifiesto mediante un acto solemne. Muchos historiadores e historiadoras han escrito sobre ella diciendo que lo que pretendía era retener tanto poder como fuera posible para evitar cederlo a ningún varón. En cualquier caso, mediante una serie de maniobras políticas, retirando conspiradores y acercando partidarios, Pulqueria se hizo fuerte y se extendió alrededor de ella la idea de “Deo coronata” (coronada por Dios), un título que se habría asociado a cualquier varón que asumiera el trono del Imperio Bizantino.

Las manos de una estatua de María

 Hasta el momento, tenemos tres ideas esenciales: emperatriz poderosa, coronada por Dios y virgen. Sozomeno también dijo de ella que estaba muy interesada en la vida religiosa del imperio bizantino5.

Con celo y sabiduría se aseguró de que la religión no se viera amenazada por la innovación de dogmas espurios. A ella le debemos que las nuevas herejías no hayan prevalecido en nuestro tiempo.

 Algunas devociones suelen sufrir deformaciones. No resulta descabellado imaginar que aquellas gentes sencillas del Imperio Bizantino hubieran podido llegar a confundir la veneración a la Virgen María, madre de Jesús, con algunas estatuillas o imágenes de la virgen poderosa que les gobernaba. En algún punto, ambas cosas pudieron llegar a fundirse en una sola.

 De hecho, un retrato de Pulqueria podría pasar por el dibujo de la imagen de una advocación cualquiera de María que pudiera haber en cualquier Iglesia de un pueblecito rural genérico. Blanquita, con corona, las mejillas rosaditas, etcétera.

 Ahora bien, no es el único prisma desde el que se puede observar este asunto. Llegados a este punto, es esencial nombrar a la ecta coliridiana. Epifanio de Salamina fue un obispo del siglo IV y en su texto llamado Panarion hablaba sobre este grupo. En tiempos de este obispo circulaba un falso evangelio llamado Evangelio del Nacimiento de María. La secta de los coliridianos utilizó este texto para fundamentar una adoración a la Virgen como un ser casi divino al cual le realizaban ofrendas y celebraban para ella una especie de misas; quienes realizaban el sacrificio en su nombre eran mujeres.

 En cualquier caso, el documento publicado por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe viene a añadir algo de orden a un ámbito que, como decíamos al comienzo, tiende a mantener inflamados los corazones de los creyentes, de manera que el uso del pensamiento crítico queda obstruido por la pasión de la devoción. Tengamos en cuenta que las apariciones y las visiones han estado ahí desde el comienzo de la Historia de la Salvación. El cardenal Víctor Manuel Fernández recordaba algunas referencias concretas:

En el libro de los números, 24: “Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del varón clarividente” ... O, también en el primer libro de Samuel se narra que un grupo de profetas se presentó, el espíritu de Dios se apoderó de ellos y que Saúl se puso a profetizar en medio de ellos.

 El Dicasterio para la Doctrina de la Fe no pretende negar las visiones ni apariciones. Solo hay que fijarse en estos ejemplos y en la primera frase con la que comienza el documento. Dios está presente en nuestra historia.

 ¿Te ha gustado lo que has leído?

 Antes de marcharte, recuerda que tu apoyo es fundamental para continuar con este podcast. Considera invitarme a un café ahora para poder actualizar las herramientas y seguir ofreciéndote un contenido de calidad. Toca el corazón de la taza.

Icono de Kofi, una página para apoyar a creadores de contenido.

 

citas:

1Jelly, F. M. (1993), Discerning the Miraculous: Norms for Judging Apparitions and Private Revelations. Marian Studies: Vol. 44, art. 8.

2Apolito, P. (2002), Internet e la Madonna. Sul visionarismo religioso in Rete. Ed. Feltrinelli.

3Athens, M. C. (1989), Mary in the American Catholic Church. U.S. Catholic Historian, vol. 8, no. 4, pp. 103–16.

4Sozomen, Historia Ecclesiastica, IX, 1, PG 67: 1593: καὶ πρῶτα μὲν τὴν αὐτῆν παρθενίαν τῷ Θεῶ ἀνέθηκε, καὶ τἀς ἀδελφὰς ἐπὶ τὸν αὐτὸν ἐπαιδαγώγησε βίον, ὅπως μὴ ἄλλον ἄνδρα ἐπεισαγάγῃ τοῖς βασιλείοις, καὶ ζήλου καὶ ἐπιβουλῆς πᾶσαν ἀνέλη ἀφορμήν.

5Ibidem, PG 67: 1596: Οὐ μὴν ἀλλὰ καὶ ὑπὸ νόθων δογμάτων νεωτερίζεσθαι κινδυνευούσης τῆς θρησκείας, σπουδῆ καὶ σοφῶς προῦστη. Καὶ τοῦ μὴ καινὰς αἱρέσεις ἐν τοῖς καθ’ ἡμᾶς χρόνοις κρατεῖν, μάλιστα αὐτὴν αἰτίαν εὐρήσομεν....

Qué buen momento para compartir este episodio:

     

Más episodios

 Si quieres escuchar otros episodios de la temporada 4 de este pódcast, puedes pinchar en este enlace. No encontrarás carnaza, burla fácil ni elementos que fuercen la división y el enfrentamiento. En su lugar, tienes a tu disposición un espacio sosegado de razonamiento accesible a personas de diferentes niveles culturales y sociales. De otro modo, ¿cómo sería posible el diálogo?